domingo, 23 de marzo de 2014

Adolfo Suarez, el presidente de la concordia

Desde hace unos días ya conocíamos el delicado estado de Adolfo Suarez, y sabíamos que el desenlace no tardaría en llegar. Una figura política muy importante en la historia española. Fue el primer presidente de la España democrática. El 5 de julio de 1976 juraba el cargo ante el Rey Juan Carlos, y en ese momento su elección no fue vista con buenos ojos, ya que desde 1975 era el ministro del Movimiento, el partido único del Franquismo, y parecía que su mandato sólo sería una dictadura disfrazada de democracia. El tiempo y sus acciones desterraron esa idea y lo llevarían a ser uno de los presidentes más queridos de España.




Una de sus primeras acciones fue la concesión de una amnistía para los delitos políticos, y pocos meses después conseguiría la aprobación de la Ley de Reforma Política, fue entonces cuando los españoles y demás figuras de la política española empezaron a creer que las intenciones de Suarez se encaminaban a cambiar España y dejar atrás la dictadura franquista.

Suarez intentó por todos los medios que España se democratizara en todos los sentidos, pero necesitaba convocar unas elecciones parlamentarias en las que todos pudiesen participar y una gran decisión fue la legalización de PCE (partido comunista). De esta forma consiguió disolver las Cortes del franquismo y formar unas nuevas. El mandato de Suarez se caracterizó por su espíritu integrador, un buen ejemplo de ello, fueron los Pactos de la Moncloa que suscribieron prácticamente todos los partidos políticos del momento.

Otro gran momento de su mandato y de la historia de España fue la aprobación de la Constitución en 1978, texto que no fue impuesto por él, sino que busco el compromiso y la implicación de todos los partidos. Así fue como su transformación de una España franquista a una democrática se tomó como modelo internacionalmente.


Su dimisión le dejo el camino libre a Leopoldo Calvo Sotelo, y fue precisamente en la sesión de investidura de éste donde tuvo lugar el 23-F, el golpe de estado en el que Suarez mostró una vez más su carisma y dignidad como político sin tirarse al suelo como hicieron casi todos los demás. De hecho, Suarez fue aislado por los golpistas, y parecía que su vida corría peligro, aunque todo quedó en un susto gracias a la intervención del Rey.


Aunque Suarez abandonó el poder, siempre estuvo muy presente en la vida política española, y sus méritos le fueron reconocidos en varias ocasiones. En los años 90 se alejó de la vida política para centrarse en su familia debido a la enfermedad de su mujer y su hija. En 2005, su hijo anunció la enfermedad neurológica degenerativa que sufría su padre desde hacia algunos años y que lo había alejado de la vida pública.
Suarez será recordado como el presidente de la Concordia, que unió a todos por un mismo compromiso. 



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